Mayo – 2014 Meriam Yehya Ibrahim, embarazada de ocho meses, está detenida con su hijo de año y medio.
Condenan a la horca a cristiana sudanesa por apostasía al islam
“Le dimos tres días para abjurar de su fe pero usted ha insistido en no volver al
islam. Le condeno a la pena de muerte en la horca”, declaró el juez islamista.
Un
tribunal de Jartum condenó ayer a morir en la horca a una
cristiana
sudanesa de 27 años por apostasía, desoyendo los llamamientos de países
occidentales a favor de la libertad religiosa.
sudanesa de 27 años por apostasía, desoyendo los llamamientos de países
occidentales a favor de la libertad religiosa.
Ha sido también condenada a recibir 100 latigazos antes de ser ejecutada
Meriam
Yehya Ibrahim deberá pagar con su vida haber roto un compromiso que
nunca firmó. Un tribunal sudanésha
condenado a muerte a esta mujer cristiana de 27 años por
renunciar a la fe musulmana que estaba obligada a abrazar de
nacimiento. Ibrahim permanece detenida con su hijo de año y medio y
está embarazada de ocho meses, informa
la ONG Amnistía Internacional.
“Le hemos dado tres días para que se retractara, pero como usted
insiste en no volver al islam la condeno a morir en la horca”, ha
concluido el juez Al-Khalifa ante la mirada impasible de la acusada
en un tribunal de Jartum, la capital de Sudán, informa la agencia de
noticias AFP. Este país africano cuenta con una amplia mayoría
musulmana, fundamentalmente afincada en el norte, y una minoría
cristiana que tradicionalmente ha vivido en el sur.
Ibrahim
fue criada como cristiana ortodoxa, la religión de su madre. Su
padre, musulmán, no estuvo presente durante su infancia. Las
autoridades le consideran musulmana por su origen paterno, pero ella
se define como cristiana, por lo que su matrimonio con un hombre
cristiano no supone una renuncia al islam, pues nunca se habría
abrazado a él. Aunque Sudán introdujo la sharía —ley
islámica— en 1983, la suya es la primera condena a muerte por este
motivo en el país, informa la agencia Reuters. Aunque las embajadas
de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Holanda pidieron al
Gobierno que respetara “la libertad religiosa, incluido el derecho
a que una persona cambie sus creencias”, al tribunal no le tembló
el pulso cuando la mujer ratificó por última vez su fe ante un
tribunal que se dirigía a ella por su supuesto nombre islámico. “No
soy apóstata, soy cristiana”.
Amnistía
Internacional cuenta que Ibrahim fue arrestada en agosto de 2013. Un
familiar le había acusado de haberse casado con un hombre cristiano
—Sudán considera adulterio que un musulmán contraiga matrimonio
con una persona de otra religión—. El tribunal también le imputó
por apostatar al islam después de declararse cristiana el pasado
febrero y las autoridades sudanesas han considerado inválido su
matrimonio. “Esto no ocurre solo en Sudán. En Arabia Saudí, como
en todos los países islámicos, no está permitido que un musulmán
cambie su religión”, ha declarado el ministro sudanés de
Información, Ahmed Bilal Osman. La mujer ha sido condenada a recibir
100 latigazos antes de ser ejecutada.
En
las últimas semanas, varios grupos de estudiantes universitarios han
dirigido una serie de protestas junto a la Universidad de Jartum
pidiiendo el fin de los abusos contra derechos humanos en el país.
Cerca de 50 personas esperaban esta mañana a la entrada del juzgado
con pancartas en defensa de la libertad religiosa. “Los detalles
del caso sacan a la luz la descarada interferencia del régimen en la
vida privada de los ciudadanos”, critica el
movimiento juvenil Sudan Change Now.
Mientras, varios islamistas celebraban el veredicto: “Alá es el
más grande”.
Amnistía
Internacional denuncia que dos sudanesas de 23 años fueron
condenadas a morir lapidadas por adulterio en 2013. Ambas confesaron
tras
sufrir coacciones y fueron liberadas. Ibrahim, víctima de un pecado
con
el que vino al mundo, aún suspira para que un halo de justicia
ilumine un futuro cubierto de prejuicios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario