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Padre Pío



San Pío nació en el seno de una sencilla, humilde y religiosa familia de agricultores, el 25 de mayo de 1887, en una pequeña aldea del sur de Italia llamada Pietrelcina.

A la edad de 15 años hizo su ingreso en el noviciado de los frailes Menores Capuchinos en la localidad de Morcone. Fue ordenado sacerdote el 10 de agosto de 1910 en la Catedral de Benevento.

Ocho años más tarde, el 20 de septiembre de 1918, aparecieron visiblemente las llagas de Nuestro Señor en sus manos, pies y costado izquierdo del pecho, haciendo del Padre Pío el primer sacerdote estigmatizado en la historia de la iglesia. Fue heroico en su apostolado sacerdotal, que duró 58 años. Grandes multitudes, de todas las nacionalidades, pasaron por su confesionario. Las conversiones fueron innumerable.

A través de sus cartas al confesor; se descubren insospechables y tremendos sufrimientos espirituales y físicos, seguidos de dicha inefable, fruto de su íntima y continua unión con Dios, y su ardiente amor por la Santísima Eucaristía y la Santísima Virgen.

También es un hombre preocupado de las necesidades materiales; para aliviar los sufrimientos de los enfermos, construye los cimientos de un Hospital que, con el tiempo, será uno de los más grandes de Europa. Funda también en el pueblito de San Giovanni Rotondo, un asilo escuela para los niños pobres del barrio de San Onofre y más tarde una escuela profesional para jóvenes y una cooperativa de consumo. Las necesidades de los demás le permitieron descubrir y servir al mismo Cristo, siempre presente en los pobres y necesitados, material y espiritualmente. Pero sin duda la característica más sobresaliente de su vida fue su total entrega a Dios y su empeño de transmitir a los hombres esta profunda experiencia religiosa que lo hacia tan feliz. Asiduo en la oracion; para el orar era la expresión mas genuina de la identidad de su alma, y pretendía que todos participaran de esta misma experiencia. Desde los primeros años de su sacerdocio aprovechaba todas las oportunidades de su ministerio, sobre todo el confesionario y la dirección espiritual, para invitar a los fieles en esta práctica cristiana.

En el año 1947 el Papa Pio XII, ante los desastres materiales y el desconcierto humano que siguió a la segunda guerra mundial, hizo un ferviente llamado a los cristianos a practicar la oración, tanto en grupos como en particular. El Padre Pío se sintió particularmente interpretado y tocado por este llamado del Papa y así se consolidaron y estructuraron los Grupos de Oración que más adelante se llamaran del Padre Pío. La finalidad de estos grupos era orar con la Iglesia, en la iglesia y por la iglesia, uniéndose íntimamente con esta prática a Dios. Y como consecuencia de esta oración, fomentar y llevar a cabo una caridad activa y un servicio desinteresado a los humanos que sufren cualquier clase de necesidad.

En la actualidad son mas de 2700 grupos en todo el mundo, congregando a mas de 250.000 fieles que pretenden continuar con el espíritu y la experiencia de San Pío de Pietrelcina.

El Padre Pío fue sepultado en la cripta del Santuario de Nuestra Señora de las Gracias, en San Giovanni Rontondo, meta de un número cada vez mayor de peregrinos de todo el mundo.

Se iniciaron los preliminares de su casa de Beatificación y Canonización en noviembre de 1969. El 20 de marzo de 1983 tuvo lugar la abertura del proceso de conocimiento de su vida y sus virtudes.

El Papa Juan Pablo II, declara Beato al Padre Pío del 2 de mayo de 1999, con alrededor de 600 mil personas.

El 16 de junio del 2002 del Papa Juan Pablo II lo proclama Santo de la Iglesia Católica.




Oración al Señor por Intercesión de San Pío de Pietrelcina.


I.- ¿ Oh, Jesús mío ! que dijiste: en verdad les digo, pidan y recibirán, busquen y se os abrirá.
.He aquí que, confiado en tu Palabra divina, llamo, busco y te pido la gracia...


.Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
.Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

II.- ¡Oh Jesús mío! que dejiste: en verdad os digo, todo lo que pidan al Padre en mi nombre.
El les concederá. He aquí que, confiando en tu palabra divina, pido al eterno
Padre


Nuestro, Ave María y Gloria.
.Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

III.- ¡Oh Jesús mío, que dijiste en verdad les digo los cielos y la tierra pasarán, más mis palabras no pasarán,
He aquí que confiado en la infalibilidad de tu palabra divina, te pido la gracia...


Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
.Sagrado Crazón de Jesús, en Tí confío.

Oh, Sagrado Corazón de Jesús, infinitamente compasivo con los desgraciados, ten piedad de nosotros, padres pecadores, y concédenos la gracia que te pedimos por medio del inmaculado Corazón de María, nuestra tierra Madre!...


..San José, padre adoptivo del Sagrado de Jesús,
..ruega por nosotros.

Esta Novena la oraba diariamente el padre Pío, por todos aquellos que solicitaban sus oraciones.

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